Muchos son los edificios históricos que diseño el arquitecto porteño. El
estilo francés clásico y monumentalista, coincide con el sentimiento chileno en
la época del primer centenario de la nación.
¿Qué tienen en común El Club de
la Unión, la Confitería Torres, el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago, la Catedral
de Valparaíso, el Banco Central, la Facultad de Artes de la Universidad de
Chile y el edificio del Círculo Español? En todos estos edificios emblemáticos del
centro de la capital se repite un nombre: Alberto Cruz Montt.
Nacido en Valparaíso en 1879, el
arquitecto de estilo neo clásico se encuentra en la historia de nuestro país al
ser uno de los arquitectos más importantes y cotizados del principio del siglo XX.
El Palacio Irarrázabal, más
conocido como círculo español es uno más de los tesoros arquitectónicos que
dejó Montt en su legado. Se dice que aquel Palacio es la más fiel representación
del estilo francés que se puede encontrar en la capital. Su enorme patio de
acceso y su fachada clásica y colonial te trasladan a otra época.
Valentina Tapia ejerce como
Asistente Contable en el Palacio, cuenta ella que son muchos los europeos que
visitan Santiago para conocer la herencia de Montt, “la gente se sorprende al
ver el estilo arquitectónico de Montt, y la semejanza que tiene con edificios
de Europa”.
Eduardo Ulloa, profesor de
Historia concuerda con Valentina, “es impresionante el diseño de Montt, a mi
parecer nadie igualó el estilo que logró en sus diseños. Tal vez Ricardo
Larraín Bravo se le acerca, pero los diseños de Montt están en otro nivel”.
La arquitectura nacional ha ido
cambiando con el tiempo, hoy en día los diseños son de otra forma y los
edificios se hacen de otra forma. Sin embargo, es un orgullo haber contado con
Montt en el diseño de nuestros edificios emblemáticos, y poder maravillarnos
hasta el día de hoy con la herencia clásica de uno de los personajes poco
conocidos, pero importantes en la historia de Chile.
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